Woody Allen, conocido director de cine, ha realizado una importante contribución a la MEMORIA social de los ovetenses hace varios años. Su efigie escultórica de sí mismo ha sido un elemento clave de su realismo facial y físico. Es un claro recuerdo de su estancia en OVIEDO. Era un caminante que imitaba a otras personas en las calles. Mientras se sentía atraído por el encanto de la ciudad, Allen también estaba rodando varias películas con su equipo de producción. Llegó en el momento justo y tuvo una observación visual muy importante. Fue darse cuenta de que el paisaje y las localizaciones de las PRINCIPALES ASTURIAS parecían sacados de una leyenda mágica que tenía en su subconsciente. Esa historia es una de las que todavía recuerdo bien. Los turistas también veneran su espacio. En compañía de sus recuerdos imborrables, no pueden faltar algunas fotos.